Las soluciones rápidas, normalmente no funcionan: te explico por qué
Cuando tomamos la decisión de ir a terapia, solemos encontrarnos con mucho dolor, angustia y con la sensación de que ya no podemos más. Las investigaciones dicen que tardamos una media de 10 años desde que empezamos a sufrir o a experimentar un problema en algún área de nuestra vida, hasta que finalmente damos el paso. Así que es totalmente comprensible querer sentir alivio lo antes posible. ¿Quién no querría dejar de sufrir rápido? Sin embargo, en el proceso terapéutico, especialmente desde un enfoque humanista-sistémico, sabemos que las soluciones rápidas no suelen ser las más profundas ni las más transformadoras. Te comparto una breve reflexión sobre ello.