El Poder del Modelo IFS: Comprendiendo las Partes que Componen nuestra Psique

Publicado el 10 de enero de 2025, 15:41

En la búsqueda de una mayor comprensión de nosotras mismas y de nuestro bienestar emocional, muchas veces descubrimos que las respuestas no son unívocas ni simples. La psicología y la terapia han dado grandes avances para ayudarnos a conectar con las partes más profundas de nuestra psique. En este sentido, una de las teorías más transformadoras que ha ganado relevancia en los últimos años es el Modelo IFS (Internal Family Systems), un enfoque innovador creado por Richard Schwartz.

Pero, ¿qué es exactamente el Modelo IFS y cómo puede ayudarnos a mejorar nuestro bienestar emocional?

1. La Psique Humana como un Sistema Familiar Interno

El Modelo IFS parte de la premisa de que nuestra psique no es una unidad monolítica, sino que está compuesta por diversas "partes" o subpersonalidades, cada una con su propio conjunto de creencias, emociones y comportamientos. Este modelo visualiza estas partes como una especie de familia interna que interactúa de maneras complejas y, a veces, conflictivas.

Dichas partes, habría surgido a lo largo de nuestra vida y pueden ser muy variadas. Tenemos las partes que nacen y cargan con el dolor de experiencias pasadas, hasta las partes que han surgido a modo de protección para evitarnos ese dolor.  En muchos casos, estas partes pueden entrar en conflicto entre sí, lo que puede generar dificultades en diferentes áreas de tu ser y de tu vida. 

El objetivo del modelo IFS es identificar las partes que se han creado en nosotras para permitir que cada una de estas partes se comunique y colabore de manera más armoniosa, guiadas por una parte central y sana de ti: el Self. El Self es un estado que tenemos todas y que no está influenciado por las partes que vamos interiorizando.

 

2. Las Partes del Sistema Interno

El modelo IFS distingue principalmente tres tipos de partes dentro del sistema interno:  las vulnerables o exiliadas (las que han sufrido el daño), las partes protectoras (intentan evitar que sintamos el dolor) y el Self. Veamos cada una de ellas: 

1. Partes Exiliadas o vulnerables: son las partes que han acumulado emociones dolorosas o traumáticas y quedan "atrapadas" en el tiempo, con la carga de dolor que llevan. Estas partes están “exiliadas” o reprimidas en el sistema y, aunque no son conscientes en todo momento, su influencia puede surgir cuando no se les ha dado espacio para sanar y se pueden volver extremas para que las escuchemos.  Alzan la voz para que no nos olvidemos de lo que nos ha ocurrido, y cuando nos abruman, es cuando surgen las otras partes: las protectoras.

Imagina que, cuando eras niña, en una situación familiar, uno de tus padres te gritó fuertemente y te hizo sentir que no eras suficiente. Esa experiencia puede haber generado en ti una parte que guarda ese dolor, la vergüenza de no ser suficiente. Esta parte, aunque sigue dentro de ti, fue "exiliada" para protegerte de revivir ese sufrimiento. Con el tiempo, olvidaste esa experiencia, pero esa parte sigue ahí, guardando la emoción de insuficiencia, esperando el momento de ser escuchada y comprendida.

Cuando algo en tu vida adulta te recuerda inconscientemente esa sensación de no ser suficiente (por ejemplo, un comentario o una crítica), esa parte exiliada puede empezar a afectar tu comportamiento: podrías sentirte inseguro o evitar situaciones donde sientas que podrías ser juzgado. A menudo, la "parte exiliada" se muestra como una herida emocional oculta, que influye en tus reacciones sin que seas completamente consciente de su presencia.

2. Partes Protectoras: son las partes de ti que intentan protegerte de experiencias dolorosas o amenazantes (de las partes exiliadas). Estas suelen ser el resultado de mecanismos de defensa desarrollados a lo largo de tu vida. A veces, las partes protectoras pueden ser excesivas, actuando de manera que en lugar de protegerte, generan bloqueos o dificultades emocionales, como la ansiedad o la evasión. Hay dos tipos de partes protectoras, los "Directivos" (actúan de manera proactiva para prevenir que conectes con el malestar emocional) y los "Bomberos" (actúan de manera reactiva buscando formas de desconectarte de las emociones). 

- Directivas Estas partes se encargan de controlar la vida cotidiana y las emociones, a menudo actuando para evitar situaciones que pudieran desencadenar dolor. Son las partes que nos impulsan a ser perfeccionistas, organizadas o a controlar nuestras emociones de manera estricta. Actúan de manera proactiva para evitar el malestar emocional (se anticipan). Son super exigentes, se planifican constantemente ya que  quieren tener todo bajo control para prevenir que algo pueda ir mal o que aparezca alguna emoción que nos pueda descolocar. Además, te dicen cosas del tipo: "no te quejes", "no te enfades", "no es para tanto"...

 - Bomberos: son las partes que entran en acción cuando las emociones intensas y el sufrimiento se desbordan. Actúan de manera reactiva e impulsiva, con el objetivo de apagar el "fuego" emocional, pero a veces recurren a conductas autodestructivas o escapatorias, como adicciones o comportamientos impulsivos. Un ejemplo de estas partes protectoras, sería cuando consumimos alcohol para no sentir, las compras compulsivas... En definitiva,  intentan tapar nuestros sentimientos con diferentes mecanismos de defensa.  

    3. El Self: el Self es la parte más equilibrada y sana de tu ser, nuestra esencia, todas la tenemos. Es el núcleo que posee una profunda capacidad de compasión, serenidad, claridad y sabiduría. En terapia se consigue que el Self  sea la guía y coordine las demás partes, ayudando a resolver los conflictos internos y promoviendo la sanación y el bienestar.

    Cuando estamos en nuestro Self, nos encontramos dentro de la ventana de tolerancia (ver imagen inferior), es decir, con un rango de emociones que son tolerables para nosotras y nos sentimos en calma, presentes, podemos tomar decisiones con un pensamiento claro. Sin embargo, cuando nos salimos de la ventana de tolerancia y viene a protegernos las partes protectoras, podemos estar en un estado de hiperactivación, más propia de los bomberos, o de hipoactivación, disociación, desconexión... más propio de los directivos. 

     

    3. El Proceso Terapéutico en IFS

    El enfoque IFS no se limita a identificar las partes de tu sistema, sino que busca fomentar una relación de entendimiento y compasión entre ellas. A través de la terapia, aprenderemos a:

    • Identificar las partes que hay en ti, a qué edad se han creado, qué cargas llevan, qué funciones cumplen, qué necesitarían para estar más tranquilas y desempeñar un rol más adaptativo, sano y favorable. 
    • Escuchar a cada parte de manera curiosa y sin juzgarla. Esto implica comprender el rol que cada parte juega en tu vida, incluso si su manera de actuar no es ideal. 

    • Fomentar la conexión con el Self. Esto es esencial, ya que el Self tiene la capacidad de curar y restaurar el equilibrio entre las partes. Al establecer una relación más profunda con el Self, se favorece la integración de las partes y el bienestar emocional.

    • Sanar y transformar las partes heridas. Las partes que han sido “exiliadas” pueden ser sanadas a través del proceso terapéutico, lo que permite que sus cargas emocionales sean liberadas.

    El objetivo final es crear un sistema interno armonioso, donde el Self se encargue de guiar las otras partes hacia un equilibrio que promueva una vida emocionalmente saludable.

    Si te gustaría explorar cómo el modelo IFS puede ayudarte a sanar y mejorar tu bienestar emocional, no dudes en contactarme. Juntas podemos trabajar para integrar y equilibrar tus partes internas, creando un camino hacia un mayor autoconocimiento y crecimiento.

    Añadir comentario

    Comentarios

    Todavía no hay comentarios